miércoles, 8 de febrero de 2012

Penny Lane

Espere 400 días para volver a verte bajar de entre las nubes mientras la madurez se encargaba de convertir las ansias en rencor; de pronto atravesaste el umbral trayendo a rastras maletas que aun me parecen exageradas para tu corta estadia. El cielo paso de su brillo veraniego al gris de nuestro invierno pues extrañarian tus alas en las alturas de una sociedad acomodada.
La Luna espiaba desde tras de las volutas de humo que conjuraba mi cigarrillo y muy cerca tuyo mi carcelero, una chaperona de poco mas de veinte años que no hizo mas que devolverme a los 13, con ojos llenos de resentimiento y tu presencia aun distante ante la cercania de mi calvario.
Tu mirada esquiva me acerca mas al precipicio, un poco mas lejos de ti, mucho mas cerca al infierno. ¿Se puede saber que esperas?
"Ya no puedo aconsejarte, ya es muy duro lo que siento..." y así deberé seguir robando letras de cantantes que conoces pero a los que no les prestas atención, a ellos como a mi nos dejas lejos de tus labios, sin cantar sus canciones, sin besarme y escondiendo nuestras traiciones.
Entonces he de hacer algún berrinche, poner la cara del perro arrepentido emulando al inquilino del 8 en la vecindad, acercarme temeroso y sentir que me palpitan las muñecas, descubrir que mi sangre se descongela y sorprenderme al sentir la ferocidad de tu boca sobre la mía... Pero cuidado que allí viene la bruja de este episodio, se dibuja "Distancia" en la frente interponiéndose entre mi frustrado abrazo y tu.
Entonces recuerdo una de nuestras ultimas comunicaciones diciendo a través de la linea telefónica que no dejaríamos que esto sucediera cuando el golpe de la botella de agua contra el suelo me muestra que no es así, que pudo mas ella con su careta de amiga incondicional que condiciona tu estancia a nuestro alejamiento.
Y a que debemos jugar ahora, a ser como dos niños besándose a escondidas para que no descubran aquello que decimos sentir.
Entonces acompáñame, corramos a las afueras del pueblo, acompáñame que son preciosos nuestros besos y no dejemos que nadie los vea que es lo que mejor hacemos, no dejemos que la Luna nunca choque contra el suelo. Al final de este juego estaremos esperando vernos de nuevo para seguir jugando, no creas que este es nuestro epilogo, quizá sea nada mas nuestro preámbulo, todo depende de tu voluntad mi amada Penny Lane.

No hay comentarios:

Publicar un comentario